viernes, 8 de noviembre de 2013

Cómo nos vemos y cómo nos ven


     Probablemente uno de los ejercicios más difíciles a la hora de plasmar la realidad es el Autorretrato,  porque nos enfrentamos a la difícil tarea de dibujar la realidad, y no cualquier realidad sino un rostro, y para más ende, nuestro rostro.
     El enfrentarse a nuestro rostro, supone también enfrentarse a nuestros complejos. Es por eso que como enlace les he propuesto a mis alumnos y alumnas el anuncio de Dove, en el que  un artista forense que ha trabajado con el FBI, Gil Zamora, con varios años de servicio en el departamento de policía de San Jose, se reúne con siete mujeres y, sin verlas, les pide que se describan para dibujarlas. Utilizan expresiones del tipo "diría que tengo una frente bastante grande", "tengo una cara gordita" o "mi madre me decía tengo el mentón pronunciado". Después, las participantes se conocen entre ellas y vuelven a encontrarse con el dibujante, que esta vez les pide que describan a las otras mujeres. Ambos retratos se cuelgan juntos y se les muestra a cada una de ellas.
     Normalmente no nos plantearíamos esta actividad al principio de curso, ya que en casi todas las ocasiones lo que obtenemos es frustración de nuestros alumnos y alumnas. Sin embargo, esta meditada decisión lo que busca es precisamente evaluar al final de curso los avances que hemos conseguido. En Dibujo Artístico I no pretendo conseguir artistas, sino demostrar que cualquiera que se deje guiar puede llegar a ser un competente dibujante.
    Del mismo modo que aprender a escribir no nos hace ser poetas o novelistas, aprender a dibujar con corrección no nos convierte en artistas plásticos.
    A final de curso veremos los resultados, estos primeros autorretratros los compararemos con los que haremos entonces. ¿Lo conseguiremos?





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